propiedades del jamon

Propiedades del Jamón

El Jamón es fuente de proteínas de alto valor biológico, aporta minerales y vitaminas indispensables para nuestro organismo, con un perfil lipídico equilibrado y moderado en calorías.

Por su alto contenido en vitamina B1, el consumo del jamón ayuda a superar el estrés y la ansiedad. Los alimentos ricos en vitamina B1 o tiamina, como esta carne son muy recomendables en periodos de lactancia o durante periodos de convalecencia, debido a que en esas etapas hay un mayor desgaste de esta vitamina.

El Jamón Serrano no requiere ser cocinado previamente para su consumo, siendo un aliado de la alimentación saludable, aportándonos nutrientes esenciales para nuestro organismo de forma rápida y eficaz, como son las proteínas de alto valor biológico y vitaminas y minerales esenciales.

El Jamón es además un alimento de fácil digestibilidad, ya que es pobre en colágeno por su proceso de maduración y la actuación de proteasas (enzimas que fragmentan a las proteínas en aminoácidos), por lo que nuestro aparato digestivo puede asimilar los aminoácidos con mayor facilidad.

En definitiva pocos alimentos hay con tanta facilidad de uso, que se puedan incluir en una dieta sana y equilibrada como el Jamón.

TIPOS DE JAMONES

El jamón o jamón curado es un producto cárnico elaborado con la extremidad posterior del cerdo, sometida al proceso de salazón y posterior curado-maduración.

En función de la raza y de la alimentación que reciben los animales, podemos clasificar el jamón como blanco curado o ibérico.

Jamón blanco curado: Es el jamón que proviene de cerdos de capa blanca que han sido alimentados sólo con piensos, fundamentalmente de cereales.

Dentro de este grupo se encuentra el Jamón Serrano, que es un jamón blanco registrado como Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), por lo que se somete a un pliego de condiciones específico cuyo objetivo es proteger los métodos de producción y las recetas tradicionales de determinados productos.

Jamón ibérico: El jamón ibérico proviene de cerdos de raza ibérica y, a su vez, recibe diferentes denominaciones en función de la alimentación y el manejo y de la pureza genética de la raza ibérica. Así, en función del tipo racial de los animales de los que procede, el jamón puede ser:

– Ibérico puro: Cuando procede de animales con un 100 % de pureza genética de la raza ibérica.

– Ibérico: Cuando procede de animales con al menos el 50 % de su porcentaje genético correspondiente a la raza porcina ibérica.

Asimismo, en función de la alimentación y el manejo de estos animales, jamones ibéricos pueden ser:

– De bellota: Para productos procedentes de animales sacrificados inmediatamente después del aprovechamiento de bellota, hierba y otros recursos naturales de la dehesa, sin aporte de pienso suplementario.

– De cebo de campo: Para animales que aunque hayan podido aprovechar recursos de la dehesa o del campo, han sido también alimentados con piensos (principalmente a base de cereales y leguminosas), que se encuentran en explotaciones extensivas o intensivas al aire libre.

– De cebo: En caso de animales alimentados con piensos, constituidos fundamentalmente por cereales y leguminosas, cuyo manejo se realice en sistemas de explotación intensiva.

COMPOSICION NUTRICIONAL

La composición nutricional del jamón varía dependiendo de la raza, alimentación y edad de los cerdos de procedencia.

El Jamón es una excelente fuente de proteínas, imprescindibles para el desarrollo muscular y contiene todos los aminoácidos esenciales, que no podemos sintetizar y que nuestro organismo precisa. Si un adulto sano requiere de 40 a 60 g de proteínas al día, 150 g de Jamón cubrirían esas necesidades, aportando 45,75 g de proteínas.

Tiene una escasa cantidad de grasa, de las cuales más del 50% son mono y poliinsaturadas, destacando el ácido oleico como el mayoritario en la grasa del jamón (el mismo que el del aceite de oliva), conocido por sus efectos cardiosaludables y por facilitar la producción de HDL (el llamado “colesterol bueno”) y reducir el LDL (“el colesterol malo”.)

El jamón no tiene apenas hidratos de carbono y 100 gramos de jamón aportan solamente unas 240 Kcal.>

Destaca también su contenido en hierro, de manera que 100 g de jamón cubren alrededor del 18% de las recomendaciones diarias para niños y adultos, y entre un 12% y un 7,2% en mujeres y embarazadas. El hierro “hemo” del Jamón se caracteriza por su fácil absorción en el organismo (alta biodisponibilidad) en comparación con el hierro de origen vegetal, que es de más difícil asimilación.

Otros minerales presentes en el jamón son el zinc, potasio, calcio, de los que 100 g aportan el 5% de las ingestas diarias recomendadas, y en fósforo (del que puede aportar hasta 20% de las ingestas diarias recomendadas).

El jamón aporta cantidades notables de vitaminas, con especial importancia de las vitaminas del grupo B, especialmente en tiamina (B1), en riboflavina (B2), en piridoxina (B6) y en niacina (6,7 mg/100 g).

Por otro lado, contiene un 1,1% de sal, lo que debe ser tenido en cuenta por las personas con problemas de hipertensión.

Fuente: www.anice.es