La Tarta de Santiago es una de las joyas de la repostería española, con una historia que se remonta a la Edad Media y estrechamente asociada a la región de Galicia, en el noroeste de España. Se caracteriza por su sabor intenso a almendra, con un toque de limón y canela, y se distingue por el símbolo de la Cruz de Santiago espolvoreado en azúcar glaseado sobre su superficie.
Originalmente vinculada al Camino de Santiago y los peregrinos que se dirigían a la catedral de Santiago de Compostela, esta tarta se ha convertido en un emblema gallego y es disfrutada por locales y visitantes en toda España.
Ingredientes para hacer una Tarta de Santiago
Para preparar este verdadero manjar, necesitarás:
- 250 g de almendra molida
- 200 g de azúcar
- 4 huevos grandes
- Ralladura de 1 limón
- 1 cucharadita de canela en polvo
- Azúcar glas para decorar
- Mantequilla para engrasar el molde
Cómo se hace Tarta de Santiago, elaboración
Sigue los siguientes sencillos pasos:
- Preparar el Horno y el Molde: Precalienta el horno a 180ºC. Engrasa un molde redondo de aprox. 22 cm de diámetro con mantequilla. Puedes forrar el fondo con papel de horno para asegurar que la tarta se desmolde fácilmente.
- Mezclar los Ingredientes Secos: En un bol grande, mezcla la almendra molida con el azúcar y la canela en polvo.
- Añadir los Huevos y la Ralladura de Limón: Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición hasta que la mezcla sea homogénea. Incorpora la ralladura de limón y mezcla hasta que esté bien distribuida.
- Hornear: Vierte la mezcla en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula. Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 25-30 minutos o hasta que la tarta esté dorada y un palillo insertado en el centro salga limpio.
- Enfriar y Decorar: Deja que la tarta se enfríe en el molde durante unos 10 minutos, luego desmóldala y trasládala a una rejilla para que se enfríe completamente.
- Antes de servir, utiliza una plantilla de la Cruz de Santiago para espolvorear azúcar glas sobre la superficie de la tarta, creando el característico diseño.
La Tarta de Santiago es mejor disfrutarla el mismo día que se cocina, aunque puede conservarse varios días en un recipiente hermético. Se sirve tradicionalmente como postre o acompañada de un buen café o té. Esta tarta no solo es deliciosa, sino que también lleva consigo un pedazo de historia y cultura gallega, convirtiéndola en una experiencia única para quienes la degustan.